martes, 7 de febrero de 2012

Elogio al raro

Un día, los raros reinaremos sobre la tierra.


Ya lo dijo Jesucristo:
Bienaventurados los raros, porque ellos no serán normales.


Un día, todo se volverá muy raro para los normales. Las cosas se harán de otra manera. En realidad, las cosas se harán de cualquier manera.


Los normales acabarán odiando su normalidad, como algunos aún odian su rareza.


Los gobiernos de las naciones estarán compuestos por borrachos impenitentes, poetas con vicios inconfesables, santos y científicos chiflados. Las iglesias se dividirán y se oficiarán a la vista de todos liturgias mágicas o pavorosas.


Eso ocurrirá cualquier día. Mientras tanto, permanecemos agazapados en nuestras madrigueras alimentándonos de sueños, quimeras, bellotas y seres con demasiadas patas.

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