lunes, 17 de septiembre de 2012

Una cosa que no entiendo

Ricos del mundo (¡ricos de ser, que no de estar!): hay algo que no entiendo. Y no penséis que es una de tantas: no, yo entiendo casi todo. Modestamente puedo decir que entiendo mucho, para ser un plebeyo. Entiendo que queráis recortes en educación, pues no hay ningún indicio de que el nivel de estudios afecte para nada la calidad de la carne. Nadie le pide un máster a su filete, entrecot o solomillo. Entiendo que queráis salarios más bajos, pues así comeremos menos y seremos más magros (ya sé que la dieta es lo único que os tomáis en serio, y que la única autoridad que reconocéis es la del señor Dukan). Por el mismo motivo, entiendo que queráis inseguridad en el empleo: si nos relajamos, también engordamos. Comprendo perfectamente que queráis que, una vez que nos habéis quitado la casa, aún conservemos la deuda, pues sólo podremos pagaros con nuestros propios cuerpos, con nuestra carne, y esa es la idea... Lo único que no entiendo es lo de los recortes en sanidad. Si todo esto va a acabar en canibalismo, como es evidente, el control de nuestra salud es fundamental para asegurar la calidad de vuestros filetes. ¿Acaso queréis comer carne con regusto a enfermedades infecciosas? ¿Qué clase de perversión es esa de querer comer alimentos putrefactos? No: por más que lo pienso, no lo entiendo...