martes, 11 de febrero de 2014

Microcuento

El ruido era cada vez más intenso.
- Pero bueno, ¿qué pasa aquí? - grité.
El policía, en lo alto del terraplén, no pareció oírme. Ni siquiera me había visto.
- ¡¿Qué pasa aquí?! - volví a gritar.
Por fin me miró y gritó algo que no pude oír.
- ¡¿Qué pasa?! - insistí.
- ¡Nada! - respondió.
Creí haber oído mal.
- ¡Que qué pasa aquí! - grité más fuerte.
- ¡¡Nada!! - repitió el policía.
El estruendo era aún más fuerte, así que tuve que esforzarme para que se me oyera:
- ¡¡¡Cómo que nada!!!
- ¡¡¡No, que nades!!! - apenas me llegaron sus palabras por encima del estrépito.

Demasiado tarde, ya se me llevaba la corriente.

2 comentarios:

  1. Pues parece que manejas los guiones mejor que yo. Redios qué pereza me dan esas cositas gramaticales.

    PD: ya puedes alargar el microcuento hasta las 300 pgs porque no tienes disculpa para lo del Gin-tonic.

    Saludos

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    Respuestas
    1. Jeje, sería un prodigio alargar tanto un juego de palabras :P De hecho ya tiene bastante paja este mircocuento. Podría ser así:
      - ¿Qué pasa?
      - Nada.
      - ¿Cómo que nada?
      - No, que nades.
      Y me ahogué.

      XD

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