lunes, 17 de marzo de 2014

Maravillosa excentricidad

Soy un firme defensor de la excentricidad como forma de vida, como ideal ético y como manera de ver el mundo. Un excéntrico al que se le mete una idea grandiosa en la cabeza y se empeña en llevarla a cabo a pesar de su aparente insensatez, es un tesoro al que hay que cuidar y proteger. Esta clase de personas crea su propio mundo para hacer más rico y luminoso el mundo en el que vivimos los demás. Estoy convencido de que aquello que se dice de los locos, que están próximos al genio, se puede decir con mayor razón de los excéntricos.

Ayer hice una visita que tenía pendiente desde hace mucho tiempo. Fui a Mejorada del Campo, pequeña población de las afueras de Madrid. Este pueblo (en el que por cierto viví fugazmente cuando era pequeño y del que no guardo ningún recuerdo en absoluto, pues mi familia se mudó a Coslada cuando yo tenía dos años) no tendría ningún interés si no fuera por el insensato empeño de un solo hombre, Justo Gallego, alias Don Justo, alias "El loco de la catedral". Quizá algunos recordéis este anuncio de cierto refresco, que dio cierto renombre al personaje (incluso llegó a protagonizar una exposición en el MoMA de Nueva York). Este hombre admirable lleva cincuenta años construyendo por su cuenta (y sin apenas ayuda) una catedral hecha con materiales donados (en muchos casos defectuosos), sin un proyecto formal. Se trata de una construcción enorme inspirada vagamente por el estilo románico que Don Justo dice admirar. Para ser un proyecto tan artesanal tiene sus detalles grandiosos, como la cúpula central. Estéticamente, hay opiniones para todos los gustos: a mí me parece una maravilla. Hay que echarle un poco de imaginación para ver el resultado final, pues aunque las obras están avanzadas todavía queda mucho, pero sinceramente espero que se termine y podamos ver este magnífico templo terminado.

No soy creyente y por lo tanto la motivación religiosa de Justo Gallego no me emociona especialmente. Don Justo, sin duda, pensará que su trabajo es un simple vehículo para la obra de Dios. Yo considero que la inspiración religiosa es un simple vehículo para llevar a cabo esta excentricidad maravillosa.

8 comentarios:

  1. Lo que me extraña a mí es que no tenga allí, perenne, un funcionario municipal multándole por el incumplimiento de tal o cual ordenanza... Por no hablar de la licencia de edificación, porque si te meten los sablazos que te meten por una reformar en tu casa, no puedo imaginar lo que te reclamarán por construir una catedral.

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    1. Es sorprendente, sí. Estuve charlando con Justo (otro de los alicientes de la visita es que es fácil encontrártelo) y me comentó que al principio empezó a construir a su bola pero luego tuve que regularizar los permisos de construcción y tal. Permisos aparte, ahora cuenta con un arquitecto que se ha ofrecido para formalizar el proyecto. Espero que todo vaya bien y no acaben tirando todo abajo por problemas de seguridad y tal (ten en cuenta que el tipo ha construido a su bola, sin ser arquitecto, ni siquiera albañil profesional).

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  2. Por cierto, me parece muy feo que, después de tantos años, siga teniendo que demostrarte que no soy un robot.

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    1. Jeje la verdad es que no sé ni cómo tengo configurado ese tema. Me alegra saber que no eres un robot :P

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  3. yo llevo un empeño similar (y de parecida duracion) de terminar la construccion de una estanteria para libros desas que vienen prefabricadas y por partes y tampoco cejo en mi empeño. posiblemente para el 2015 se logren avances significativos. y si, eso del captcha es muy inconveniente. siempre que quiero comentar aqui tengo que abducir a un humano para que me ayude.

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    1. No sé quién acabará antes, si Justo con su catedral o usted con su estantería, pero casi seguro que ambos habréis terminado vuestras respectivas tareas antes de que yo me anime a mirar dónde tengo que tocar la configuración para quitar el captcha XD

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  4. Pues yo pensaba hacer algún comentario exéntrico aquí, pero al final me ha salido concéntrico, creo. Cerrolaza.

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    1. Bah, a mí me da igual como te haya salido el comentario, los comentarios importantes son los míos.

      (Comentario egocéntrico)

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